Leyendo el post del blog de la IDEE sobre los cambios en la API de Google Maps, he considerado que no está de más darle también difusión por el blog de gvSIG a este claro ejemplo de dependencia tecnológica. Las diferencias entre ser dueños de la tecnología o, al contrario, ser totalmente dependientes de los dueños de la tecnología se explican perfectamente con ejemplos como este.
Nuestras administraciones públicas, las que gestionan nuestro dinero, deberían tenerlo claro. Inversión frente a gasto. Reutilización frente a derroche. Soberanía tecnológica frente a dependencia.
Y aunque la dinámica hacia soluciones de software libre es clara, es todavía demasiado frecuente encontrarnos con tomadores de decisiones que no dan importancia a este tema. Los errores cometidos, además, pueden acabar por hipotecar el futuro tecnológico (y económico!!) de sus organizaciones. No es baladí.
Volviendo al caso del API de Google Maps, otro más que se suma a la lista. Desde el pasado 11 de junio, las condiciones de uso de la API de Google Maps (que recuerda, no decides tú) han cambiado, con un encarecimiento notable de su uso. Tal y como apuntan desde la IDEE el servicio se ha encarecido en un 1400 % y el límite de peticiones gratuitas ha pasado de 25.000 por día a 28.000 por mes (unas 933 al día de media). El riesgo para los desarrolladores es muy grande, se pueden arruinar muy fácilmente si su aplicación tiene un buen pico de peticiones, por ejemplo durante un ataque.
Puede ser que éste sea un buen momento para que los organismos públicos que están utilizando la API de Google Maps consideren otras opciones como gvSIG Online, software libre implantado en todo tipo de organizaciones. Con todos los derechos, con todas las libertades, y con toda la capacidad tecnológica que necesitas.
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Como dice el post de la IDEE: Puede ser que éste sea un buen momento para que los organismos públicos que están utilizando la API de Google Maps consideren otras opciones.