¿Y cuantas veces no dejamos de oír hablar de la neutralidad tecnológica como posicionamiento razonable? Pues bien, la cuestión de la tecnología no es algo ‘tan neutral’. El discurso de la neutralidad tecnológica plantea la inevitabilidad del desarrollo tecnológico tal cual es y que iría asociado a un determinismo tecnológico y finalmente a un cierto determinismo histórico. Es decir, las elecciones entre las distintas opciones tecnológicas que pueden plantearse afectan a la distribución de poder, autoridad y privilegio dentro de una comunidad. Así, la decisión de adoptar una tecnología u otra y las innovaciones o modificaciones tecnológicas sobre las ya existentes, generan profundos cambios con efectos deseados y no deseados.

Utilizando la expresión de Langdon Winner, los que hablan de de neutralidad tecnológica más bien están adoptando una actitud de sonambulismo tecnológico ante el desarrollo y la evolución de la tecnología, sector estratégico del Siglo XXI. No es la Neutralidad, es la Soberanía, sonámbulos.